¡No todo van a ser sendas y ramblijos!
Después de tanto tambor, pita o corneta (como ustedes quieran), caramelos, comidas y comilonas... bien estaba un paseillo por el monte. Eso sí, sin madrugar.
El visor, de vez en cuando, da buenos frutos y salen rutas bastante bonicas (¿soy aragonés?).
En la subida por los caminos de Sopalmo tuvimos que andar un poco... pero ná. (definitivamente soy jumillano). Luego rápido camino para abajo...
y para los Mochuelos.
Pasamos por la Finca Del Olmo, en donde se disfruta la belleza de las planicies de la sierra vestidas por una densa alfombra de espartizales en una mañana de primavera (parezco Joaquín Araujo, ¿lo conocéis? Merece la pena). En fín...
Pasamos por la Finca Del Olmo, en donde se disfruta la belleza de las planicies de la sierra vestidas por una densa alfombra de espartizales en una mañana de primavera (parezco Joaquín Araujo, ¿lo conocéis? Merece la pena). En fín...
Tras el tentempié en Viñapé, subida hacia La Curiosa y bajada rapidísima por la misma.
Después, un poco de deambular por Los Lomazos y por el camino del Barranco de San Cristobal, vuelta al salero y, por las lechugas, al pueblo.
Después, un poco de deambular por Los Lomazos y por el camino del Barranco de San Cristobal, vuelta al salero y, por las lechugas, al pueblo.
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Bonita mañana.
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